Abstract:

Barcelona y Madrid presentan unas características muy adecuadas para poder ser ciudades globales, humanas y sostenibles. incluso mayores que ciudades como Sacramento, o Los Ángeles. Ello se debe a que las ciudades deberán ser compactas, con una densidad y distribución de usos eficiente, concéntricas, con servicios cercanos en cada uno de los barrios (15 minutes city), priorizar al individuo al coche, consolidar la sharing economy para optimizar el uso de los recursos tanto económicos como de espacio, desarrollar una nueva edificación / rehabilitación tecnológica, innovadora y con cero emisiones y desarrollar una fuerte colaboración publico- privada.

Y en todos los puntos anteriores, Barcelona y Madrid aventajan a la mayoría de las grandes ciudades globales gracias a esa sociedad y ciudades que tanto gustan a quienes las visitan, recordando que somos el segundo país más visitado del mundo, estas sociedades relacionales y afectivas y con una red de locales de proximidad que todavía sigue siendo un caso de éxito global.

El presente artículo pretende describir la perspectiva desde Mimeisa Asset Management sobre las ciudades del futuro considerando las tendencias actuales y su aplicación en Barcelona y Madrid, sin pretender ser una definición del ideal de ciudad sino, considerando las conductas, creencias, necesidades y tendencias de las sociedad y de sus líderes, comprender hacia dónde éstas se encaminan.

Dicha visión de Mimeisa Asset Management sobre la ciudad del futuro es positiva y optimista, centrada en una ciudad que tiende al cero impacto ambiental y a un urbanismo que prioriza las personas. Aunque la duda principal resulta del cuándo se llegará a aquella ciudad que no impacte negativamente en el medio ambiente, el camino recorrido es significativo y no debe minusvalorarse, ya que se está preservando, como nunca antes, el patrimonio histórico, se considera la accesibilidad y la contaminación acústica, se valora el diseño y la calidad de los parques, se revisa y evalúa una iluminación adecuada y sostenible, y se cuenta con sector privado el cual cree e invierte en sostenibilidad y que cuenta con sistemas ya aceptados y globales como los certificados como el Leed o el Breeam los cuales aumentan el valor y la liquidez de los activos.

Entrando en un mayor detalle, a continuación se identifican las tendencias y aspectos que desde Mimeisa Asset Management se considera debiera el urbanismo del futuro humano y sostenible tener en cuenta.

En primer lugar, la economía colaborativa (sharing economy), existente durante siglos pero que realmente ha tenido un impacto efectivo con la aparición de las nuevas tecnologías al permitir un mejor uso de los recursos al permitir compartir activos que habitualmente se encuentran infrautilizados por un único propietario / usuario entre varias personas quienes se distribuyen la inversión y/o mantenimiento. De ello resulta no sólo un ahorro económico sino en una mejora en la eficiencia de los recursos y, por tanto, un uso más sostenible del espacio, que en las ciudades suele ser muy limitado, o de los recursos naturales al reducir el consumo. Un importante ejemplo es el coche, el cual tiene un impacto enorme en las ciudades,  no sólo por su contaminación sino también por sus requerimientos llevando su proliferación a un urbanismo que priorizó el automóvil a las personas durante muchas décadas del siglo XX; ciudades como Los Ángeles tienen un 60% de su territorio destinado al automóvil; nunca antes Barcelona o Madrid habían contado con un uso tan elevado de las bicicletas, los patinetes o los coches eléctricos compartidos quienes tienen un impacto muy positivo en el urbanismo, el diseño de los edificios y el ahorro en recursos naturales y económicos resultando en un menor uso de los parkings, otro elemento con elevado impacto en el medio ambiente.

En segundo lugar, el desarrollo de una nueva edificación o rehabilitación sin impacto ambiental – cero emisiones siendo eficiente con el uso de materiales cercanos (su extremo correspondería al km0) t en sus  instalaciones con diseños y procesos constructivos innovadores; así mismo, la incorporación de elementos “nudge”, esto es, diseños que conlleven refuerzos positivos y sugerencias indirectas como formas de influir en el comportamiento y la toma de decisiones positivas relacionadas en el consumo y la sostenibilidad.

En tercer lugar, un urbanismo humanista que considere que “las máquinas deben estar al servicio del hombre y no el hombre al servicio de las máquinas” (Gaudí, 1926), que recupere espacios públicos y priorice al transeúnte al coche; una visión de hace casi un siglo que es más actual que nunca y aceptada por los referentes de la arquitectura del siglo XXI como Herzog  & De Meuron o Richard Rogers. Actuaciones como la reducción del tránsito en algunos tramos de la Diagonal o Passeig San Joan de Barcelona o la Gran Vía y Canalejas de Madrid son algunos ejemplos.

Como cuarto lugar, la ciudad compacta y concéntrica, esto es, aquella ciudad con una densidad poblacional eficiente que permita la compartición de recursos optimizando su OPEX y CAPEX y la asignación de sus recursos a los servicios de mayor valor añadido como necesidades sociales, la educación, el transporte compartido o la sostenibilidad. Barcelona y su notorio “Eixample” son un ejemplo de ciudad de densidad muy eficiente y que es referenciada como uno de los casos de éxito. Ello permite una ciudad donde la mayoría cuenta con servicios a 15 minutos andando pudiendo trabajar, estudiar, hacer deporte y comprar cerca de casa.

Como quinto lugar, el diseño sostenible con elementos paisajísticos eficientes y abundantes, recuperando espacios más naturales con el uso de áridos, jardinería y arbolado en el centro de las ciudades. Ejemplo de ello es Madrid Río, un claro ejemplo de transformación urbana considerando dichos criterios.

En sexto lugar, el comercio de proximidad, el cual tiende a ser especializado, en línea con el estilo de vida saludable y con elaborado en el entorno cercano que permite crear sociedades autosuficientes y con escaso impacto logístico. Mimeisa prevé ciudades con pequeños comercios pequeños, cercanos y muy especializados con producto fresco resultando en un impacto positivo con la proliferación y recuperación del comercio de barrio con externalidades positivas tanto en el empleo, como en la calidad laboral y de vida.

En séptimo lugar, y muy relevante es la colaboración público privada, más necesaria que nunca por el elevado endeudamiento de las instituciones y sus requerimientos burocráticos que limitan la toma de decisiones. Ejemplos como el de Azca en Madrid, con el proyecto Renazca, son el camino a seguir para el desarrollo futuro de las ciudades con un papel activo y líder del sector privado. Los proyectos que invierten en sostenibilidad y en la generación de espacios más amables y humanos aumentan su valor dejando de lado aquella visión de que el interés de las empresas no se encuentra alineado con el interés global.

En octavo lugar, la tecnología y el trabajo, como elemento que permite parcialmente deslocalizar  la oficina tradicional reduciendo, así mismo, los viajes corporativos y con ello el consumo uso de recursos en tiempo y transporte y mejorando el equilibrio de la vida laboral y personal. Parece iniciarse la consolidación de la ubicación de espacios coworking o flex en locales comerciales o edificios en los distintos barrios de las ciudades.

En conclusión, el punto de partida de Madrid y Barcelona como ciudades es notable para que permita, en los próximos años y décadas, tender hacia la ciudad humana y sostenible que probablemente requerirán las ciudades globales en las cuales viviremos el 70% del población global en 2050.

Jaume Roig Hernando

Director of Real Estate

Mimeisa Asset Management

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