Tres ciudades, tres retos. Birmingham, Róterdam y Nueva York son tres ejemplos de cómo hacer frente a las demandas y preocupaciones post-COVID para reimpulsar el real-estate. Turismo, medioambiente o el impacto de la pandemia en el foco de las infraestructuras urbanas. ¡Te explicamos cómo!
Róterdam y la regeneración urbana
La ciudad neerlandesa destaca por anticiparse a las principales tendencias post-COVID. En 2016 lanzó un plan estratégico para afrontar los retos del cambio climático alrededor de 6 ámbitos de trabajo: la integración, la eficacia, el ingenio, la solidez, la redundancia y la flexibilidad. Estas bases le han permitido adaptarse a la situación de forma inmediata. Tras la pandemia están diseñando un plan de trabajo de regeneración económica y urbana para atraer empresas en base a la infraestructura verde.
Entre las iniciativas más destacadas encontramos la implementación de energías renovables para abastecer el autoconsumo energético, los llamados “tejados verdes”. Otras propuestas más radicales buscan cortar de raíz los impactos económicos más duros de la Covid-19, mediante la reconversión de los espacios comerciales en nuevas viviendas para satisfacer la demanda residencial. Finalmente, estos cambios no son ajenos a sus principales beneficiarios. Róterdam ha lanzado una app para recoger la opinión de la ciudadanía respecto a los principales retos e innovaciones.
Nueva York y la pacificación urbana
La ciudad con más turistas del mundo, sin turistas. La pandemia ha puesto entre la espada y la pared el modelo de ciudad del emblema estadounidense. Epicentros de actividad como la Quinta Avenida, Central Park o Times Square se han quedado sin su público clave. Sin razón de ser. Por ello, el proceso de recuperación neoyorkino pasa por transformar sus espacios comunes de cara a sus ciudadanos.
¿El primer ejemplo? Los más de 70 kilómetros de carriles de coches reconvertidos para peatones y bicicletas. Un proceso que pasa por transformaciones emblemáticas como las de High Line, 2,3 kilómetros de vías de metro adecentadas como parque y jardín urbano. Una modificación para potenciar el uso conciudadano del espacio público que no ha llegado al 1% del presupuesto municipal.
Birmingham postindustrial
5.100 millones de libras. Se dice rápido, pero la segunda mayor ciudad del Reino Unido prevé un plan de inversión con un horizonte 2040 para poner las personas al centro de la experiencia urbana, con el foco en las energías renovables, la sostenibilidad y la indudable apuesta por la accesibilidad. No sólo para peatones y bicicletas. La ciudad quiere potenciar su conectividad con los principales distritos secundarios para buscar nuevas oportunidades culturales, educacionales y ocupacionales.
Aunque la base se sustente en la restauración y regeneración de los barrios centrales, no todo es reconversión. La metrópoli prevé la creación de nuevas calles alrededor de New Station, la estación central en construcción situada en el corazón de la ciudad, para atraer nuevas inversiones, empresas y promociones, así como una apuesta decidida por la nueva tecnología con una de las redes más extensas de 5G.
Tres ciudades, tres retos y un eje común: una ciudad por y para las personas.