Flexible e inclusivo. La capacidad de adaptación del corporate real estate resulta fundamental para entender su éxito. Buena prueba de ello es la llegada del coronavirus, capaz de mutar y acelerar las nuevas tendencias del corporate real estate: mayor sostenibilidad, espacios colaborativos, la ubicación o el proceso de digitalización, fundamental en estas últimas semanas. ¿Cómo se adaptará al cambio? Vayamos a echar un vistazo.
Si la costumbre profesional suele situar al cliente al centro de la toma de decisiones, en el caso del corporate real estate es el bien inmobiliario el que toma el protagonismo en la estrategia de negocio. Y este, como cualquier persona o cliente, tiene unos intereses y necesidades que no paran de transformarse. Por ahora no hay dudas, la apuesta por la innovación tecnológica y la digitalización no es sólo inamovible, sino también necesaria. Si hasta ahora sólo un 20% de los negocios estaban capacitados en términos de innovación tecnológica, el nuevo contexto acelerará de forma imperiosa el proceso de digitalización.
Dónde sí encontramos más de un interrogante es en la experiencia de los usuarios. La densidad de usuarios en un mismo espacio era una de las principales causas de insatisfacción. Por lo que su redistribución y rehabilitación para incentivar el bienestar y la creatividad resultará vital dado el contexto actual. Una difícil ecuación entre prestación presencial y flexibilidad telemática, haciendo de la digitalización un elemento todavía más importante, si cabe. Para dar un dato, más de la mitad de los usuarios considera que el acceso a innovación tecnológica incrementa su satisfacción y productividad.
Alinear la estrategia del corporate real estate con las necesidades del usuario mediante el uso tecnológico para garantizar una mayor y mejor competitividad.
Finalmente, uno de los ejes más importantes aborda la sostenibilidad a través de la responsabilidad social corporativa. Negro sobre blanco, un 40% de las emisiones contaminantes y casi un tercio del dióxido de carbono procede de los edificios. La consecución de los certificados como Leed o Breeam que acrediten las 0 emisiones, y el esfuerzo colectivo para conseguirlo no sólo garantizará un menor consumo energético, sino ahorro a largo plazo.
Habrá que tomar nota de otros de otros elementos, como la ubicación o el auge del modelo híbrido. Pero si algo ha demostrado el período de confinamiento es que el tándem mesa-oficina-puesto de trabajo no es estrictamente necesario. Ser capaces de readaptar el workplace y los espacios para que no sólo contemplen el bienestar de sus usuarios, sino también impacten en un valor añadido con servicios específicos que maximicen la productividad.