El nuevo paradigma de oficina ya es una obviedad. Las grandes empresas apuestan por la reconversión intensiva de sus espacios de trabajo para hacer frente a los retos que está planteando la desescalada postcovid. Repensar las formas de “consumo” en las oficinas para incrementar la productividad del metro cuadrado.

¿El modelo mixto llega para quedarse?

Todo apunta a que la coexistencia del teletrabajo y la presencialidad seguirá vigente durante un tiempo, por eso las empresas ya apuestan por un modelo híbrido que potencie las ventajas del modelo mixto. Aunque algunos estudios constatan que la productividad laboral por el teletrabajo supondrá un aumento del 5% respecto a años anteriores, las causas apuntan al ahorro de desplazamientos casa-oficina más que a las bondades y comodidades del entorno laboral en casa.

Por eso no resulta casual que la flexibilidad para trabajar desde casa o la oficina, según las necesidades de la persona y el proyecto laboral, pasará a ser la nueva norma. Por una parte, esto permitirá a las empresas captar talento de cualquier parte del mundo, mantener unos salarios acordes a su ubicación y oxigenar/descentralizar los centros urbanos y laborales. Por otra, permitirá transformar y potenciar el espacio de trabajo en un foco de colaboración, cocreación y creatividad intensiva.

Hacia la nueva oficina: bienestar personal y profesional

Para dar respuesta a las nuevas necesidades laborales, la cualidad y el bienestar pasan a ser motores tractores de la oficina. Puntos de encuentro social donde los espacios abiertos, la luz natural, la sostenibilidad y la potenciación del intercambio profesional pasarán a ser indiscutibles. Lo que antes era un añadido o plus de calidad al día a día de la persona trabajadora, ahora pasará a ser su esencia y fuerza motora.

La flexibilidad del entorno laboral, menos denso -respecto al número de personas de trabajadoras- pero más colaborativo. Incorporando dinámicas para fomentar la identidad de marca corporativa, atraer nuevo talento o reducir costes asociados al absentismo laboral. Como recoge el estudio (Y)our Space: discover your new world of work, de Knight Frank, un 47% de las compañías impulsará la calidad de sus espacios para fomentar espacios versátiles que faciliten y potencien la cocreación.

Un buen ejemplo supone la llegada de los Smart-buildings como eje de vinculación entre las personas y la oficina para mejorar y mantener su experiencia laboral. Propiedades que incorporan apps y sistemas inteligentes para encontrar un escritorio, ubicar compañeros de trabajo, reservar salas o servicios, para satisfacer las necesidades del personal.

Un progreso donde la oficina cada vez será menos un entorno o espacio laboral, para devenir una experiencia laboral capaz de formar, potenciar y dinamizar la forma en que trabajamos, interactuamos y producimos.

 

 

Jaume Roig

Director inmobiliario

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