El build-to-rent está de enhorabuena. Según las previsiones, la vivienda representará un tercio de la inversión mundial en “real estate” en el 2030. Una atracción de capital que rivalizará con activos inmobiliarios tan potentes como las oficinas durante la próxima década. Una tendencia al alza que ha pasado en tan sólo diez años, del 14% en el 2010 al 25% en el 2020.
El build-to-rent en el punto de mira
La mejora de la economía y de los mercados capitales, ligado a las tendencias demográficas positivas de Europa y Asia constatan el cambio. De hecho, el principal activo dentro del residencial irá destinado al modelo build-to-rent, gracias a su versatilidad, rentabilidad y capacidad de generar nuevas oportunidades ligadas a las nuevas tendencias socioeconómicas: implementación de nuevas tecnologías, flexibilidad de espacios, mayor sostenibilidad, etc.
Su crecimiento anual es exponencial. Su volumen de inversión creció un 17%, superando ampliamente a las oficinas y el retail, aunque no por ello habrá que tener especial atención. Cualquier desequilibrio entre la oferta y la demanda podría afectar a la rentabilidad de la inversión.
Al amparo de los datos
Por poner sólo un ejemplo, la compraventa de viviendas en España ha alcanzado en septiembre de 2021 su mayor cifra desde hace quince años. Más de 53.400 operaciones, casi un 41% más que en el 2020. Hay que tener en cuenta, eso sí, que la pandemia paralizó el sector, siendo el 2021 el año de la recuperación económica y de la reactivación de la demanda. Eso no quita que las cifras de 2021 son mejores que las de 2019, en prepandemia.
No todo es residencial
Las oficinas también están de celebración. Los coworkings europeos suman 155.000 metros cuadrados en el primer semestre de 2021. Además, los operadores de los espacios flexibles se diversifican. Más allá de los grandes, como IWG o WeWork, que han visto reducida su cuota de mercado del 33% al 20% en tan sólo dos años, llegan y rivalizan el sector nuevas compañías.
Este crecimiento no se basa únicamente en sedes ya consolidadas como Barcelona, Roterdam o Copenhague, sino también en nuevos mercados: el 60% de los operadores tienen previsto expandirse en los próximos meses. En los ya consolidados, como Madrid y Barcelona, los espacios de coworking representan el 1,5% y el 2,6% del stock de oficinas, respectivamente. Un margen que cambiará en los próximos años, ya que ampliarán y diversificarán su público: las grandes empresas se adaptarán para dar respuesta a las nuevas formas de trabajo. El “flex” será la opción para las empresas en todo el mundo.